Segun Karl Popper la inducción es una falacia. Por lo tanto, toda la ciencia es solo una mera suposición. De la inducción sólo surgen hipótesis jamás perfeccionadas. La única inducción perfecta es la que contempla todos los casos posibles. Esa inducción no puede llegar a existir en la realidad. Ergo, una confirmación segura es lisa y llanamente imposible. No podemos saber con certeza que algo es verdadero. Pero hay una asimetria. Si bien, por un lado, saber que algo es verdad es imposible, por el otro, saber que algo es falso es relativamente fácil. Un sólo ejemplo que contradiga la hipótesis la derriva. Cien mil millones de ejemplos que la confirmen no establece su verdad, pues siempre existe la posibilidad de que entre los ejemplos no vistos exista uno que la desmienta. Conclusión: casi podemos estar seguros de que siempre nos estamos equivocando cuando creemos que algo es verdad. Vamos, inevitablemente, de error en error, o sea descubriendo con cierta seguridad nuevas falsedades. Como ven, la doctrina de Popper es saludable para domesticar el espíritu orgulloso de aquellos que siempre creen tener razón.
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