jueves, octubre 01, 2015

De Modiano a grande

Patrick Modiano nació en Boulogne-Billancourt, un barrio suburbano de París, en julio de 1945, dos meses después de que la Segunda Guerra Mundial llegara a su fin. Su padre, de origen ítalo-judío había conocido a quien luego sería su madre -una actriz belga- durante la Ocupación de París, impregnando en Patrick una vida a la altura de las circunstancias. Todo esto –el judaísmo, la pérdida de la identidad, la ocupación nazi– serían luego los temas recurrentes a la hora de la escritura: la materia para intentar aplacar la obsesión que recorre su historia.

A los 20 años, y gracias a un amigo de su madre, el escritor Raymond Queneau, logra presentar sus manuscritos en la célebre editorial Gallimard. Queneau los había leído y era un manifiesto admirador del joven Modiano. De algún modo, su comienzos literarios emulan un cuento de hadas o una película de Doris Day. Sin embrago, Modiano tenía, sin duda, un talento inigualable en el modo de contar.

Esto le valió una pronta publicación. Y llegó la Trilogía de la Ocupación, con las novelas El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación, que obtuvo el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 1972. Con 27 años, el joven Patrick empezaba el largo camino de las premiaciones. En 1978 y gracias a La calle de las tiendas oscuras, vuelven a destacarlo, esta vez con el prestigioso Premio Goncourt. Y nuevamente se zambulle dentro de las mismas resonancias que lo desvelan: un detective que pierde la memoria y se empeña en recuperarla.

El siglo XXI le traería nuevas alegrías, antes del aplaudido Nobel. En 2012 ganó el Premio del Estado Austríaco de Literatura Europea. Ya entonces, aunque en las sombras, el Nobel estaba germinando.

Pero, a su favor, hay que decir que el hombre nunca se durmió en los premios. Publicó ininterrumpidamente cerca de treinta novelas. Incluso, una salió unos días antes de que le otorgaran el Nobel: Pour que tu ne te perdes pas dans ton quartier (Para que no te pierdas en el barrio). De nuevo el tema de la infancia y con una cita de Stendhal para el inicio: “No puedo ofrecer la realidad de los hechos, tan sólo puedo presentar la sombra”.

Sus libros, en general, tienen entre 130 y 150 páginas y siempre son variaciones sobre el mismo objeto: la identidad, la memoria y el tiempo. También ha escrito literatura infantil y guiones de cine, pero su fuerte son las novelas.

En estos tiempos, donde lo instantáneo le gana la partida a lo profundo y la liquidez es el concepto que prima, parecería que el trazo de Modiano viene como anillo al dedo. No es para nada difícil de leer. Parece muy simple en cierto sentido, porque tiene un estilo muy refinado, simple, directo y claro. Abrís una página y ves que es Modiano: oraciones cortas, muy directas, sin adornos… pero es muy sofisticado dentro de esa simpleza.

No hay comentarios.: